Antes de empezar me disculpo con ustedes, los lectores del blog, por la desaparición que tuve por estas semanas. La razón de la ausencia fue que realicé un viaje a Venezuela, mi país de origen, para visitar a mis familiares cercanos.
Los días pasados allá fueron un recordatorio de los retos que yo mismo enfrenté hasta hace pocos años: en particular, cómo planear para el futuro cuando los vaivenes de la situación del país es tan inestable. En cierta forma, y a pesar de todos los retos que se enfrentan viviendo en países desarrollados, en estos siempre hay dos denominadores comunes:
- Estabilidad: a pesar de los retos en países desarrollados, hay pocas barreras para planear con el largo plazo en mente. Estos incluye a los gobiernos, las empresas y, por supuesto, cada individuo.
- Instituciones: no es que no hayan crisis en Norteamérica o Europa, pero son crisis coyunturales (por circunstancias del momento), a diferencia de las crisis estructurales que plagan muchos de nuestros países de origen (falta de instituciones, inseguridad personal y jurídica, vaivenes gigantes en la situación económica y social de un día al siguiente). En otras palabras, las crisis en países desarrollados muchas veces son «guerras avisadas»: suceden de manera paulatina y puedes prepararte mucho mejor que a una crisis estructural.
Entonces, en un contexto mucho más inestable como el de Latinoamérica, ¿Es posible planear para metas de largo plazo, como el retiro?
A mi modo de ver, la respuesta es SÍ, pero ciertamente se requiere mucho más de cada uno, en particular:
- Planeación y estrategias diferentes: puesto de otra forma, las estrategias para planear al largo plazo que se utilizan en Norteamérica, donde hay una inflación menor al 2%, pueden ser completamente inútiles donde la inflación es del 30%, si es que acaso existen. Se deben entender qué herramientas «alternativas» pueden usarse bajo determinadas circunstancias (ahorros tradicionales, segundo trabajo, compra de inmuebles o vehículos para invertir, pequeña empresa, etc.)
- Fuerza de voluntad y apertura al cambio, para mantener implementados los planes mientras se tiene la capacidad de ver amenazas de corto plazo para dichos planes. Si, como en Venezuela, el gobierno empieza a regular los alquileres hipotecarios a niveles ridículos y tú tienes un inmueble rentado, tienes que reconsiderar tus opciones.
¿Y tú como lo ves?¿Se puede planear para el largo plazo viviendo en Latinoamérica?