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La verdad sobre los seguros de protección para hipotecas

En estos días post-crisis, las oportunidades económicas son escasas. Es en estos tiempos, como la historia lo prueba, que la innovación da grandes pasos. Sin embargo, nadie dijo que toda la innovación es buena.

Un clásico ejemplo de una innovación en el sector financiero con beneficios dudosos para los consumidores es el seguro de proctección para hipotecas. Si bien no es un producto nuevo, las instituciones financieras las han publicitado mucho después de la crisis. Después de todo, ¡todos queremos disfrutar de paz mental en estos tiempos tan inciertos!

Antes de empezar, para estar seguro que estamos en la misma onda, hay dos productos cuyos nombres se parecen pero tienen usos completamente diferentes:

  • Seguros de hipotecas (Mortgage Insurance): estos son aquellos que se deben pagar obligatoriamente cuando se  compra una casa con menos de 20% de inicial (downpayment), y que están respaldados por Fannie Mae/Freddie Mac en Estados Unidos o el Canadian Mortgage and Housing Corporation (CMHC) en Canadá.
  • Seguros de protección de hipotecas (Mortgage Protection Insurance): estos seguros son completamente opcionales y ofrecen liberarte de responsabilidades si mueres (Mortgage Life Insurance) o incluso si llegases a desarrollar una discapacidad o pérdida de empleo, entre otros. Es de este producto del cuál hablaremos hoy.

¿En qué consiste un seguro de protección de hipotecas?

Básicamente, cuando estés cerrando los trámites hipotecarios con la institución que te da el préstamo, normalmente te ofrecerán este tipo de seguro. Típicamente pagarás una cierta cantidad adicional con cada cuota de la hipoteca, y a cambio el asegurador te promete pagar el balance tu hipoteca cuando ciertas circunstancias, como las que mencionamos arriba, se dan.

¿Por qué dices que estos seguros tienen «beneficios dudosos» para los consumidores?

Aquellos que han leído el blog anteriormente saben que no creo en recetas únicas para todos, o «one size fits all» como dicen en inglés. Sin embargo, el concenso general de los expertos independientes es que, para la gran mayoría de las personas, este no es un buen uso de su dinero. Entre otras, estas son algunas de las razones:

  • El beneficiario de la póliza no eres tú, ¡es el banco! Tal como lo escuchas: si pensabas que a tu familia le darían algo de dinero en el supuesto que mueras, piénsalo de nuevo. Si buscas en Google Images «Mortgage Insurance» encontrarás imágenes de casas flotando en salvidas, cubiertas por una sombrilla u otras similares que transmiten la idea de cierta «seguridad total». Si bien es cierto que no deberás pagar la hipoteca de activarse la póliza, quien se beneficia más es el banco, porque quien paga las cuotas (premiums) eres tú, no ellos.
  • No estarás cubierto en todos los casos: como casi cualquier producto de seguros, hay poca estandarización en la industria, lo cuál significa que debes estar muy atento a la letra pequeña para entender en qué circunstancias la póliza tendrá efecto. Típicamente las pólizas cubrirán la muerte, pero la cobertura de otras eventualidades como discapacidad o pérdida de empleo son más irregulares. Adicionalmente, las compañías de seguro se podrían valer de errores involuntarios para negar la cobertura, como ya le ha sucedido a varias familias.
  • Las cuotas (premiums) se pagan como parte de la hipoteca: esto significa que, igual que la hipoteca, hay costos de financiamento, en forma de interés, que pagas en este seguro.
  • Las cuotas no bajan, pero sí baja el monto de la cobertura: piénsalo por un momento: cada vez que pagas una cuota de la hipoteca, te queda una cantidad menor por pagar en el futuro. Eso significa que si la hipoteca originalmente era de $100,000 y ahora sólo debes $40,000, esta última es la cantidad que recibirá tu banco o prestamista, y tú ni tu familia recibirán el balance de los $60,000 que ya fueron pagados ni tampoco las cuotas irán bajando a medida que lo haga el balance de tu hipoteca.

Si no compro un seguro de protección de hipoteca, ¿Cómo puedo proteger a mi familia si algo me pasa?

Esta es la pregunta que todos debemos hacernos si tenemos una hipoteca. La respuesta sencilla es que debes tener un seguro de vida. Cómo vimos en el pasado, típicamente una póliza a término (Term Insurance) es lo ideal para la mayoría. Al determinar la cantidad que deseas asegurar, debes incluir el balance de tu hipoteca como parte de las deudas que la póliza cubrirá.

Lo bueno de tener una póliza a término es que, cada vez que la renueves (generalmente cada 10 años), el monto que debes de la hipoteca debería ser menor, y por lo tanto la cobertura que necesitas también lo será, lo cual baja el monto de las cuotas (aunque también, al avanzar la edad, las cuotas van a aumentar, por lo que el beneficio podría no ser tan obvio).

¿Alguna vez has comprado o te han ofrecido un seguro de protección de hipotecas? ¿Cómo te lo ofrecieron, qué te prometieron? ¿Conoces de alguien que le haya sido útil?

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Seguro de Vida – ¿Cuál tipo de póliza me conviene más?

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Es posible, o probable, que ya te hayas tropezado con un corredor de seguro que te ha sugerido, o insistido, en que le compres una póliza de seguro de vida para tí y otros miembros de tu familia. En una entrada anterior discutimos los aspectos básicos relacionados a los seguros de vida, y de allí sabemos que, aunque nos lo hayan sugerido, no todos en la familia necesitan una póliza.

También hablamos de las diferencias entre Term Insurance y Cash-Value (Universal, Whole Life, Variable) Insurance: en la primera la compañía de seguros no paga nada si nadie muere, pero en las pólizas de Cash-Value se invierte una parte de las coutas (premiums), que se puede recibir en varias modalidades mientras el asegurado aún vive, dependiendo de la póliza.

¿Qué escoger, Term o Cash-Value Insurance?

Los seguros son productos lo suficientemente complejos como para ameritar profesionales que se dediquen a ellos a tiempo completo, y con todo muy pocos de ellos se especializan en todas las variantes posibles. Por ello, es difícil decir categóricamente que hay una respuesta única a la pregunta sobre cuál tipo de póliza de vida escoger, Term o Cash Value (Whole Life, Universal, Variable y otros).

Sin embargo, muchos expertos en finanzas personales, incluyendo Suze Orman y David Chilton, así como organizaciones independientes como Consumer Reports han dejado que, claramente, Term Insurance es la mejor opción para la gran mayoría de los hogares. Esto se debe a que:

  • Las pólizas de Term Insurance son (mucho) más económicas que las de Cash-Value
  • Term Insurance es relativamente sencillo comparado a las pólizas Cash-Value; estas últimas suelen contener muchas cláusulas y penalidades para acceder a la porción de la póliza que se invierte.
  • Las pólizas de Cash-Value pagan mayores comisiones a los corredores: según este sitio, ellos cobran entre 90 y 105% de las cuotas del primer año en Whole Life, pero mucho menos con Term (30-70%). Claramente, este dinero se reduce de los beneficios que obtenemos de la póliza.
  • Las necesidades de seguro de vida varían a lo largo de nuestras vidas. Cuando somos mayores, necesitamos menos, ya que quedan menos años de ingresos por proteger. Con las pólizas Term se puede ajustar la cobertura cuando toca renovar, pero las pólizas Cash Value suelen ser más estáticas en largos períodos de tiempo.

El concepto que muchos de estos expertos argumentan para comprar Term Insurance se llama «Buy term and invest the difference (BTID)» (Comprar Term e invertir la diferencia): básicamente, si has considerado comprar una póliza Cash-Value, en muchos casos es mejor comprar una póliza Term equivalente, que es mucho más económica, e invertir la diferencia, preferiblemente en cuentas registradas (como 401k en Estados Unidos o RRSP en Canadá). La principal desventaja de este método, la cuál es usada por corredores de seguros para vender pólizas Cash-Value, es que BTID requiere disciplina para realmente invertir la diferencia en vez de gastarla en viajes o compras superfluas. Con todo, siempre que intentes BTID tienes más flexibilidad para ajustar tus inversiones, mientras que las pólizas Cash-Value suelen tener penalidades importantes si dejas de contribuir o deseas cancelas la póliza.

Al momento de comprar tu póliza a término, lo más probable es que debas conversar con un corredor de seguros, quien debe realizar unas preguntas para confirmar que tus necesidades están siendo satisfechas. También es posible que intente persuadirte de comprar otro tipo de póliza (recuerda que las pólizas permanentes generan más comisiones que las de término); sin embargo, estás en tu derecho de apegarte a lo que deseas. En cualquier caso, si deseas considerar alguna de las opciones que el corredor ofrece, toma los datos y pídele tiempo para investigar por tu cuenta: evita a toda costa tomar decisiones en el momento, porque aún no habrás podido analizar los nuevos escenarios en frío y las emociones pueden hacerte tomar una mala decisión. Recuerda que al hablar de seguros de vida, te estás comprometiendo por varios años con un producto y una compañía.

En otras entradas discutiremos el cómo y cuánto comprar en una póliza de vida. ¿Qué tipo de póliza tienes tú, Term o Cash-Value? ¿Cuál sería mejor para tus circunstancias? ¿Que has escuchado de familiares, amigos o corredores sobre estos tipos de póliza?

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Seguro de Vida – ¿Cuántos tipos hay y por qué no todos necesitamos uno?

No estoy seguro si esto sea representativo de Latinoamérica, pero cuando yo vivía en mi país de origen el único tipo de seguro personal del cual la mayoría de la gente se preocupaba era el seguro de salúd, también conocido como hospitalización, cirugía y maternidad (HCM). Si bien estos seguros también son importantes en Norteamérica, hay otro tipo de póliza de las que todo el mundo habla aquí pero poco se valora en Latinoamérica: el seguro de vida.

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